
Guión literario “Pedro y los grupos sociales”
Este no era un día cualquiera para Pedro, sus últimas
vacaciones de verano siendo un alumno de nivel secundaria habían terminado. Hoy
al fin se convertiría oficialmente en un alumno del Colegio de Ciencias y
Humanidades Plantel Azcapotzalco; había valido la pena esforzarse en el examen
de ingreso, su sueño comenzaba a hacerse realidad, producto de su propio
esfuerzo.
El chico se encontraba en la entrada del Colegio, luchando
por poder entrar al mismo, y es que, como cada año la puerta principal y gran
parte de la avenida se encontraba atascada por padres de alumnos de nuevo
ingreso. Minutos, que para Pedro parecieron una eternidad, esto fue lo que
tardó en abrirse paso e ingresar al Colegio.
—Oh, no… —susurró el chico de apenas quince años cumplidos al
observar a los cientos de alumnos de semestres superiores, los cuales tenían su
vista fijada en los alumnos de primer ingreso—.
Nervios, eso fue lo que sintió al sentir tantos ojos sobre su
persona. Decidió caminar rápidamente hasta el salón donde tendría su primer
clase, Química, por suerte le resultó bastante sencillo hallarlo. Ingresó y se
encontró con varios chicos de su edad, cada uno parecía distinto en cuanto
apariencia se refiere. Tomó asiento en
la mesa del fondo y centró su atención en clasificarlos de acuerdo a su
apariencia en grupos, había frikis, metaleros, nerds y demás.
—Buenos días, chicos. Ahora son parte de la mejor Universidad
de México, vamos a hacer una pequeña pausa para que cada uno de ustedes se
presente y… —Decía la profesora de la asignatura—.
Tal como dijo la profesora, cada uno de los veinticinco
chicos se fueron presentando; nombre, edad, aciertos obtenidos en el examen,
gustos, esas fueron algunas de las cosas que dijeron todos. La clase terminó
rápidamente y Pedro ya contaba con un par de amigos, conocidos mejor dicho, se
disculpó con ellos diciendo que iría al baño y los encontraría en la próxima
clase.
Al comenzar a recorrer el CCH se dio cuenta de que no solo en
su salón, sino en cualquier lugar del colegio los estudiantes se encontraban
distribuidos en pequeños grupos sociales, cada uno se encontraba ubicado en una
banca distinta. Se quedó de pie observando a los de la “banca del Q”, fue ahí
cuando se fijó como objetivo pertenecer a algún grupo social, cosa complicada
ya que nunca había pertenecido a alguno, no lo creía necesario hasta ahora.
Caminando más se encontró con los porros; le ofrecieron
unirse a su grupo, sin embargo, a Pedro le espanto la forma en que se
dirigieron a él y cómo lo miraban. Declinó la oferta tratando de no hacer
enojar a los porros para no meterse en problemas apenas en su primer día.
Una vez que fue al baño tuvo que cruzar de nueva cuenta por
la “banca del Q”. En comparación al anterior grupo ellos no parecían tan malos.
A pesar de ello unos instantes bastaron para que Pedro cambiará de opinión, sus
gustos y forma de actuar no le agradaban en demasía al chico, al contrario, la
detestaba.
Tocó la puerta, una, dos, tres, cuatro veces hasta que la
puerta se abrió. —¿Puedo pasar? —Preguntó Pedro a su profesor de TLRIID no sin
antes haberse disculpado por haber llegado veinte minutos tarde.
—Quiero suponer que te perdiste, ¿o no?—. Le cuestionó el
profesor mirándolo con una ligera sonrisa—. Adelante, pasa.
Entró apenado por haber llegado tarde y rápidamente busco
asiento con los chicos que había
conocido la clase anterior. Suspiró y miró a su alrededor, todos los chicoa que
le rodeaban pertenecían a un grupo social distinto y sin embargo eran caoaces
de convivir unos con otros. Fue entonces cuando Pedro se dio cuenta de que no
era necesario pertenecer a ningún grupo social.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario